Seguidores

martes, 22 de abril de 2014

La conjura de los dioses


Yo renegó de Dios, inmerecidamente. Como quien no quiere la cosa. Pero lo cierto era que el apóstata formaba parte, aun, del panteón clásico. <<Se llama Ego>>, tal como era conocido por esas tierras. 
Que fuera un dragón, o un escaldo quizá, era irrelevante, pues no dejaba de ser un paria, un expulsado sin patria alguna. El acalorado amalgama de títulos divinizadores daba prueba de ello. Demasiados para un dios tan humano.


Texto de Jordi Rodríguez Serras.

___________________________________________

Música (para acompañar la breve lectura):



No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por expresar tu opinión! Recuerda dar consejos constructivos
a todo herman@ poeta.