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viernes, 31 de agosto de 2012

'Pseudohaiku' de agosto (Empatheia)


  Reír con los que ríen y llorar con los que lloran.
  ~Pablo de Tarso~


  Jaca herida,
resuenan torrentes.
Dadle consuelo.

                  Asegur (Las Hurdes), 19 de agosto, 2012.
                  Texto de Jordi Rodríguez Serras.

martes, 28 de agosto de 2012

Entre árboles (poema escrito en Las Hurdes)



Hay gente, hay gente
en los pueblos de España.
Gente que duerme y trasnocha; gente
que saluda y no nos oye;
gente que escucha repicar los troncos,
entes de entre las rías,
y sienten que los llaman a deshoras.
Gente que ríe, gente
que nunca llora.

Y aun así habla poco,
pues es de oro el silencio...

Pero la voz violentada, entre sauces,
desenmascara las sombras
de aquello que creímos callado:
Quien calle el amor descubrirá el olvido
entre los muertos.

                                Asegur, 16-8-2012.
                                Texto de Jordi Rodríguez Serras.

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Ayer retorné a casa después de dos semanas felices y maravillosas de veraneo con la familia en Las Hurdes (una comarca situada en el Norte de Extremadura). Me fui el domingo 12 con mis padres y un primo hacia la tierra prometida, gravemente azotada por los fuegos, donde nos esperaban los abuelos y dos primos hermanos más. ¡Qué buen verano se puede llegar a pasar con la familia, y con diecinueve años me doy cuenta de ello! 
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jueves, 2 de agosto de 2012

Las cartas del amante fariseo (León escribe a Emma)

                                                    (Epístola literaria), Por Jordi Rodríguez Serras.

Estimada Emma

Mucha natura ha sido deshojada desde el mismo día que me alejé de nuestro querido Yonville...
y de usted. No recuerdo bien el motivo de mi resurgimiento a través de las palabras, mas no puedo
aguantar tanto tiempo sin saber de la mujer que amé, a la que guardo sincera devoción y deseo
retornar a deleitarme con vuestra presencia (a mí). Volvería, Emma, si usted no fuese tan
deliciosamente mezquina, a la par que poseedora de magna belleza que puede resultar mortal en
ciertos sentidos.
Perdóneme si cree que procuro ofenderla, nada más alejado de la realidad. No sería de nuestro
agrado que este malentendido derive en una trifulca campal. Me provocaría un severo dolor
sofocante incluso pensar que fuera capaz de tal ignominia hacia una amiga.
De usted mis labios sólo pueden enaltecer su ser bajo el ventanuco estrellado. Créame.
Sois una dama de lo más exquisita, para mi fuerais la mismísima Portinari del admirado Dante,
mas no iría a buscaros, ¡Dios me libre!
No sería de mi agrado, y que el señor me lea con su verde vista, sofocarme en las calderas de
Botero por una dama que cualquier flor suya puede resultar una mentira.
Le recuerdo que soy un caballero y nunca me atrevería a criticaros, pero la evidencia de los
hechos y los fulgurantes quevedos portan a las pensaderas llegar a que sois más despilfarradora
que el quinqué en las gélidas noches.
Cambiasteis, ese es mi definitivo veredicto. Y ese mismo fue el motivo de mi marcha.
No derrameis lagrimillas de cocodrilo con que poder hacer eméticas perlas, no os hagais la ciega,
os amé, os amo, pero...¡jamás volveré a caer en profesar un sentimiento tan ennoblecido por
los hombres hacia usted, Emma!

Replico el pasado por destruir mi vida, y a la vez, contrariando mis edictos, lo glorifiqué, lo
engalané con un lazo rosa y lo mandé, miedoso, a mar abierto hacia otra lejana orilla.
Fuisteis la primera, el más bello recuerdo de una vida de ensueño, vuestra amistad fue un regalo,
su amor una edulcorizada fusta para mi bolsillo, vuestro marido, un morueco destripaterrones,
pobre de él, me compadezco.

Emma, quisiera, como signo de sino por ambas partes, que aceptarais unos cuantos óbolos de un
amigo. Bajo mi acomodada estancia en París regenta un servidor el humilde negocio de la familia
de su joven esposa. Ruego que acepteis esta ayuda y así paliar la situación tan cochambrosa y
desangelada en la que se halla vuestro matrimonio. Así pues, querida, se despide un
incondicional amigo, mas no amante. Allá se fueron aquellos años en que el relincho ecuestre
y el piano ignorado nos proporcionaba adicional coyunta en el tumultuoso lecho.
Os ruego que no malgasteis los cuartos en más inefables cartas violables al ojo ajeno.
Os lo pido, por vuestro barrunto, nada es posible ya. Por vuestra dicha y la mía.

Cerca estuve de olvidar: dad gratos recuerdos a monsieur Charles de mi parte, nada me produciría
más júbilo que evocar recuerdos de fonda en el médico.

Quede con Dios, madame Bovary.

Con amor, siempre suyo:

León Dupuis


Texto de Jordi Rodríguez Serras.


Nota de Jordi: Para que nos aclaremos bastante, aquellos que hayan leído la novela de Madama Bovary (de Flaubert), conocerán de sobra el personaje de León, que en esta supuesta carta (invención mía) se cartea, sin respuesta, con su antigua amante, Emma Bovary. Creé este engendro hace más de un año, a resultas de la lectura del libro en clase de Literatura Universal, por eso el lenguaje que utiliza León no corresponde con el vocabulario que usa en la novela, debido a mi inexperiencia. Hay que tener en cuenta que un chaval de diecisiete años no tiene mucho en cuenta esas cosas... Igualmente, disfruté como un enano inventando situaciones que bien podrían haberse dado.

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