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martes, 17 de julio de 2012

Más cine · La libertad del poeta (Cyrano)


El fragmento (más adelante habrán más) que hoy adjunto en esta plana forma parte de la versión cinematográfica -de1990- de un clásico francés: Cyrano de Bergerac (de Edmond Rostand), que ya he tenido el placer de escrbir en algún ''post'' anterior. La escena refleja el vademécum ético y moral del espadachín protagonista, muy elocuente y capaz, después que un compañero de armas y rival, el pomposo Conde de Guiche, le proponga ser un poeta protegido por su tío, el Cardenal Richelieu (más majo que como personaje de Los tres mosqueteros), y así poder cumplir un sueño: ver su obra representada sobre las tablas.
No, gracias. No, gracias. No, gracias. Y mil veces, no, gracias. De seguido, Cyrano se retira a su alcoba...

Aunque Gerard Depardieu borda el personaje como si hubiera para ello, personalmente prefiero el Cyrano
de José Ferrer (1950), muy tierno con ese ápice de ''tsundere'', más propio del manga (esto no es concluyente).

¿Qué sentiríais si os propusieran impulsar vuestro vuelo,
y así por fin ascender por los cielos, mas por un trayecto
dictado e impuesto? Yo pediría prestada la luna, para
mi libertad y hacerla mía, e irme lejos a lo lejos, ¡lejos
de esos inmundos, para que se enjaulen ellos!


Cyrano de Bergerac (1990). Escena: ¡NO GRACIAS!


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