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viernes, 23 de diciembre de 2011

El Arcángel de Italia

Arcangelo Corelli (1653-1713), docto en ''violinismo'' y composición barroco en su tiempo. En su más tierna infancia, allá por los dieciocho o diecisiete añazos, contó con la protección del cardenal Ottoboni y de la reina Cristina I de Suecia.

El bueno de Arcangelo, que alcanzó la portentosa fama que precede al genio compositor-intérprete, compuso
estas notas de terrible dulzura, que refleja bien el carácter del músico y el título del concierto, aunque este último no tenga mucho que ver con el mismo:

''Christmas Concerto'' in G minor - Mov. 1-3/7:

http://www.youtube.com/watch?v=IMGCx7uVdwM

¡Buono Natale a tutti!

Para 2012:  una nueva era.

domingo, 18 de diciembre de 2011

La vaivé marina (càntic de Leteu)


Gemeguen els meus braços amb cada pinzellada.
Trepitjo els cargols de mar besant-los amb onades,
i els ulls se m'adormen pel verí de la punxada.
Vull prémer els ratolins de foc de les arenes
i els escuals de lluna que trepitgen el meu son,
però sovint penso que sóc jo el que els adormo
i ells tan sols somnien amb verda tinta.

Penso, no sense por, com retornen les meves filles,
cada cop més petites i rentades, blanques
i retingudes a l'amarbrerada calç de les roques.
Moc la terra sacsejada i sento que aquesta s'alça
amb la furisma que li tinc per característica.

Oh, si pogués demanar perdó a les ninetes dels meus ulls!

Poc a poc m'ofego! I emparat en el meu sepulcre somriuré
al sòl, però sé, que por molt que mori, l'Àtica no em perdonarà mai.
I tant és així que ben poc hi penso.

Ai, estrella, si fos tant constant com tu!
Per què la meva ànima de vitel fresseja, mai es manté,
desitja ser poeta en la seva dríada d'aigua pura
i, com si aquesta gestés la remor d'un sortilegi,
calla els meus somnis i en el seu lloc planta un llorer
que tot d'una em parla dels llavis aquili·lins de les roses.


Text de Jordi Rodríguez Serras.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Telemann, una obertura. ¿Qué es más razonable que esto?

Georg Philipp Telemann (1681-1767), otro de los muchos compositores alemanes del barroco, se diferenció
de esos muchos en el momento que compuso su primer opus a los doce años.
Este fragmento de una obertura suya es, como he dicho, un pedazo sonoro, pero de cielo. Fruto celeste de Parnaso.

Telemann - Ouverture, Orchestral Suite in G minor, TWV 55: g4 / Trevo:

http://www.youtube.com/watch?v=oDud3CBYxmY

martes, 6 de diciembre de 2011

Amor sacre, amor profà

Vine, reina de les mascarades, cap als petons secs de mitjanit
i reposa els jacints vells a l'aigua nova.
Acosta't al temple orgiàstic de la nostra terra i envolcalla't
amb les ànimes que resulten ser la nostra palla, sense la qual
no són tendres els plenilunis.

Remeno l'aigua regia de la font caramel·litzada, on els infeliços
dormen en el seu somni mantingut, i somiquen, gràvids,
pel pes de la pròpia luxúria.

Ai, amor humà, amor diví!
Les bessones despullades sí que remenen dins l'aigua i creuen
estar perdudes a la lluna de Venecia, i sacsejats els seus noms
als llençs purs de la brisa s'entreguen als braços
de les fortaleses en ruïnes, dels cants matinals
bramits per la sang minyonívola de les parpelles que decoren
les galtes més velles.

Text de Jordi Rodríguez Serras.

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Suposo que el tema és tan clar com cristal·lí.
Aquest poema el vaig escriure un dia mentre observaba un preciós quadre de Ticià (1477-1576), qual títol de la pintura és Amor sacro e amor profano. Em va semblar idoni atribuir el mateix nom del llenç al versos
que aquí presento, ja que la temàtica que li va imbuir el gai mestre cinquecentista italià:
L'amor partit a dues bandes, la donzella vestida de blanc, a l'esquerra, simbolitza la puresa cel·lestial i els sentiments fraternals, en canvi, la dama núa de la dreta és considerada el foc passional i filla de la carn.
I el nano que remena dins l'aigua, diría que és Cupido, o al menys m'ho sembla, sobretot per al seva ubicació, al mig de l'escena, això podría significar dues coses:
1. Cupido sería el riu que separa els dos amors i que travessar un riu en la seva edat d'infantesa (tan menut) provoca que passar d'una riba a l'altra sigui perillosament fàcil.
2.   ...
Per sort, d'interpretacions no falten.


Archivo:Tiziano - Amor Sacro y Amor Profano (Galería Borghese, Roma, 1514).jpg
Amor sacro e amor profano (1515), Tiziano.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Medardo Ángel Silva y la profesión literaria

Hace apenas unas horas leía un agradable ensayo (La máscara irónica) del joven y malogrado poeta ecuatoriano Medardo Ángel Silva (1898-1919). En dicho ensayo expone (aunque prefiero llamarlo ''dice'') en uno de los episodios, en concreto ''La profesión literaria'', como, según las relaciones sociales, los poetas y/o escritores a secas están encuadrados en ciertos adjetivos despectivos. La verdad es triste, pero es la verdad. Veritas tristam est (mal declinado, claro está, o no..). Me explico:

En susodicho capítulo Silva dice cosas tan interesantes como que la ironía social, o más bien descrita, hipocresía crítica, se apodera de los más allegados al creador literato y estos se asemejan poco a la viperina lengua mecánica de las serpientes. Es decir, por mucho que la gente hable bien de como escribe uno (y yo de esto entiendo bastante, muy a mi pesar), a uno siempre se le clasifican en diferentes ramas como monas sin tener en cuenta lo que uno piense de sí mismo. Para las personas de a pie (aquellas que alzar el vuelo no pueden por falta de oníricas alas y cinto de bruma), en concreto los críticos, que muchos no saben nada de lo que critican, por eso hieren, son duchos en encarnizar los estilos de cualquiera. Para entenderlo, pues yo tan sólo soy un lector medio dormido a estas noches 'prealbadas', mejor que mejor asimilar los deliciosos términos y la grandiosa expresión del maestro.

Fragmento de: La profesión literaria:


Si escribes con la serena unción de Fray Luis, la gloriosa frescura del vino añejo del Marqués de Santillana o la pureza del hondo Jorge Manrique, te llamarán desenterrador de momias y encarnizante; si lo haces con la ingenua sencillez de los primitivos, sin oropeles, sin floreos retóricos ni mitologías de similor, serás un pobre bárbaro; si amas las modernas ondulaciones del Ritmo y pones tu alma melodiosa en áureos versos de melífero dulzor, que tengan el vago encanto de una tarde nórdica vestida de bruma, te dirán decadente y serás víctima de cuanto Hermosilla roe, zancajos de rimador.
(...)
Para gozar de los favores del público tienes que despersonalizarte, que ingresar al rebaño, que pensar en armonía con la comunidad: nadie te perdonará la irreverencia de permanecer de pie cuando todos rastrean, y el triunfo es, casi siempre, de los que tienen las más flexibles espinas dorsales: para obtenerlo debes inscribirte en las muchas cofradías del elogio mutuo, en que se reciben y dispensan títulos literarios.
Si vas hacia la muchedumbre a darle, como Cristo, el pan de tu carne y el vino de tu sangre, en tus versos, dirán que mendigas los aplausos de la ignara turba y que estás sediento de glorias de plaza pública; si te encierras en tu yo, como en la torre inaccesible del conde de Vigny, desdeñoso de las modas literarias y de la réclame en boga, te tacharán de ególatra y se hará el vacío a tu alrededor.
(...) 
Los «queridos compañeros», serán tus más fieles detractores. Eso no significa que se abstengan de elogiarte cuando tú puedas pagar el elogio en igual y más valiosa moneda...
(...)
Por lo demás, si te abstienes en tu propósito, ten la seguridad de que, soñador incurable, poseso de una santa locura, has de morir con los ojos deslumbrados por la luz de tus sueños imposibles, fijos en la cima ideal donde sonríe aquella divina proxeneta que se llama Gloria.


Da que pensar que un hombre tan joven, de apenas 21 estíos, llegue a conclusiones de este calibre sobre la vida. Y es que, para los hombres y mujeres que han pasado penurias y malos momentos en la vida, la crítica es un simple soplo de mudez. Hoy por hoy, Medardo Ángel Silva se ha convertido en una influencia para muchos, y lo que es más importante: He ganado una nueva influencia para mí.
Por último, y ya para cerrar la noche, un poema de Silva para besar la Incertidumbre, esa clara amiga de los amantes del futuro.

No alegra la sabiduría (Lamentación del melancólico)

      
No alegra la sabiduría,
porque la pena es conocer
y causa la melancolía
nuestra sola razón de ser.

El prurito de analizar
nos ha perdido,
y el huracán del anhelar
lanzó nuestra nave en el Mar
desconocido...